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Manifestaciones cutáneas de enfermedad tiroidea

HIPERTIROIDISMO:

Piel delgada, húmeda por aumento de la sudoración, con zonas pigmentadas.

El pelo puede ser delgado, poco abundante por caída del mismo de forma difusa.

Dentro de los cambios ungueales puede haber onicolisis (desprendimiento de la parte final de la uña), coiloniquia o uñas en forma de cuchara y rápido crecimiento de las mismas. Puede haber acropaquia que es un agrandamiento de las últimas  falanges, tomándo los dedos la forma de palillos de tambor.

Puede haber engrosamiento de la piel de la pierna (mixedema pretibial) o de cualquier parte del cuerpo, con predominio de las superficies extensoras. Este engrosamiento se presenta como nódulos o placas de cualquier color, de aspecto seroso (brillante), y textura indurada.

Puede asociarse a vitíligo, urticaria y alopecia areata.

 

HIPOTIROIDISMO:

Piel seca, áspera, gruesa, fría, pálida, mullida y edematosa, con coloración amarillenta y aparición fácil de equimosis (morados).

Los cambios faciales característicos son nariz ancha, labios engrosados, parpados hinchados y lengua grande y lisa.

El pelo es grueso, quebradizo, sin brillo, crece lentamente y puede haber pérdida difusa del mismo con caída también de algunas cejas.

Las uñas son delgadas, frágiles, con estrías transversas y de lento crecimiento. También pueden desprenderse de su lecho.

Hay una mala cicatrización.

Puede asociarse a resequedad muy notoria llamada ictiosis.

 

Requiere el tratamiento de la causa de base y es importante la consulta al dermatólogo para descartar la presencia de otras enfermedades y recibir tratamiento con emolientes e hidratantes.

 

Artículo escrito por:
Doctora Cristina Escobar V. MD
Fuente
AsoColDerma
Tipo de nota
Artículo