El cuidado de la piel de nuestra cara requiere un lavado de esta a diario, lo cual es importante para eliminar la grasa que produce nuestro cuerpo, la suciedad medioambiental, el sudor y las células más superficiales de la capa córnea (popularmente conocidas como células muertas). El agua solo elimina aproximadamente el 65% de la grasa y la suciedad de la piel, pero no elimina aceites de cosméticos y algunos agresores ambientales. Existen múltiples productos que se ofrecen en el mercado, pero debemos saber elegir cuidadosamente el limpiador facial que no agreda y optar por uno de acuerdo con las características de nuestra piel según sea (grasa, sensible, seca, normal); para esto se preferieren los 'syndets' o limpiadores sin jabón en lugar de usar los jabones tradicionales.

Los jabones son productos alcalinos que pueden alterar el pH cutáneo y producir sequedad e irritación de la piel, mientras que los ¨syndets¨ son detergentes sintéticos que son menos agresivos para la limpieza de nuestra piel; la composición final y fabricación de éstos últimos es más compleja, lo que explica su mayor precio; otros limpiadores faciales son las emulsiones y las lociones faciales, entre las emulsiones encontramos las leches limpiadoras, cremas limpiadoras, espumas y desmaquillantes compactos.

 Debemos tener en la cuenta que los productos de limpieza, ya sean jabones, syndets, emulsiones o lociones faciales, pueden causar irritación o dermatitis de contacto alérgica si se excede su uso y este efecto es mayor si la barrera de la piel se ve comprometida como en algunas patologías (dermatitis atópica, psoriasis, etc); en caso de presentarse efectos adversos, debe suspenderse su uso y consultar a su médico o Dermatólogo.

Artículo escrito por:

 Dra. Maria Antonia Lemos Piñeros. MD