Morfea
La morfea es una enfermedad que se puede presentar a cualquier edad afectando más a mujeres que a hombres. La duración promedio de la enfermedad activa es de 3 a 6 años de tal forma que en la mayoría de los pacientes se presenta estabilización y mejoría clínica después de este tiempo.
La causa de la morfea es desconocida, aunque se ha planteado la posibilidad de que exista un desorden del sistema inmunológico (sistema de las defensas).
Esta enfermedad tiene un comienzo lento y puede presentarse con dolor en la piel semanas antes de que aparezcan las lesiones. Igualmente, antes del brote los pacientes pueden presentar dolor en articulaciones, fiebre, dolor abdominal, dolor de cabeza y neuralgias.
Las lesiones de morfea se caracterizan por la presencia de zonas induradas (duras/rígidas) de la piel con cambios en su coloración (café brillante), pueden ir desde los 0.5 a 30 cm de diámetro, se localizan principalmente en tronco y en algunas ocasiones confluyen (se unen unas con otras) afectando superficies grandes de la piel.
Para hacer su diagnóstico, el médico se puede ayudar de exámenes de laboratorio como la biopsia de piel.
Entre las principales complicaciones que se presentan está la disminución del tamaño de la grasa profunda de la piel y de los músculos que se ubican debajo de ella y las contracturas musculares que puede causar dificultad para la movilidad. Cuando se afecta la cara, pueden aparecer también alteraciones neurológicas, oculares y orales.
En muchos casos las lesiones ceden espontáneamente, pero en los casos más graves se puede generar endurecimiento irreversible de la piel. El tratamiento puede hacerse tópico u oral, teniendo en cuenta que de acuerdo al grado de contracciones musculares, es necesaria fisioterapia que permita la conservación de la movilidad, y en algunos casos es útil la terapia de luz.
Artículo escrito por:
Dra. Lucero del Pilar Quiroga J. MD