Es un trastorno benigno caracterizado por la aparición de lesiones de color gris en la piel de personas sanas. Es más frecuente en personas de América latina y Asia, y puede presentarse a cualquier edad. Su causa es desconocida, aunque se cree que puede ser una reacción inflamatoria a un agente ambiental que produce un cambio persistente en la coloración de la piel.

Es una enfermedad que no produce síntomas, no es contagiosa y su importancia es principalmente cosmética. Afecta el tronco, los brazos, el cuello y la cara, donde se encuentran manchas grisáceas que pueden medir desde pocos milímetros a varios centímetros. En la etapa inicial, las manchas grises presentan un borde rojizo que desaparece con el tiempo. 

Hasta el día de hoy, no existe tratamiento curativo. Sin embargo, es necesario que el paciente sea valorado por el dermatólogo para poder hacer el diagnóstico y determinar si es posible iniciar algún tipo de manejo.

Artículo escrito por:

Dra. Juliana Maldonado C. MD.