Arrugas: ¿cómo van apareciendo según la edad?
En una síntesis no demasiado forzada podría decirse que en la madurez la primordial preocupación de índole estética para la mujer es el temor a las arrugas, y para el hombre la calvicie. Las arrugas constituyen solo un signo dentro del cuadro de atrofia senil simple ya instalada, es decir, en personas de edad avanzada que ya no viven preocupaciones estéticas.
El cuadro de Sebastián, basado en numerosas observaciones, tiene un valor general que ilustra sobre la evolución cronológica de las arrugas de cara y manos:
20 años: en la cara todavía no hay arrugas. A los 25 años: aparecen finas arrugas frontales y en los pliegues nasales. A los 30 años, se acentúan las arrugas ya mencionadas y aparecen otras arrugas finas en el parpado inferior y en las sienes.
Generalmente, entre los 20 y 30 años la piel femenina parece más vieja que la del hombre de la misma edad. A los 35 años, los surcos que determinan las arrugas frontales, debajo de los parpados inferiores, la pata de gallo y los pliegues naso geniano cobran más intensidad y aparecen las arrugas delante de las orejas.
A los 40 años, ya han aparecido casi todas las arrugas de localización facial; las cervicales recién comienzan. A los 45 años se acentúan las arrugas suborbitarias, mientras que las que están delante de las orejas tienden a unirse con las arrugas del cuello.
A los 50 años comienzan a hacerse aparentes la sequedad y las arrugas de la mano; otras se insinúan en el dorso de la nariz, el lóbulo de la oreja y el mentón. A los 55 años la rugosidad y pigmentación del dorso de las manos se intensifica; en la raíz de la nariz se visualizan con nitidez, en tanto que otras se extienden desde el lóbulo de la oreja y el mentón hasta el labio superior y las arrugas cervicales también se ven más acentuadas.
A los 60 años, en el labio superior se instalan arrugas verticales que semejan un código de barra y vemos la piel de las mejillas más floja.
A los 70 años, las arrugas faciales ya profundas forman un conjunto intrincado; en la piel del dorso de las manos se acentúan por falta de elasticidad. A los 80 años las arrugas radiales peribucales caracterizan la boca senil; profundos pliegues parten del mentón a la clavícula marcando la floja piel del cuello. Se observa una laxitud de la piel de los parpados, que obliga a veces arrugar la frente para mantenerlos levantados.
En este orden de ideas, debemos aceptar que no hay ningún órgano que pueda sufrir tantas variantes como la piel, no solo entre los diferentes sujetos, sino en las distintas zonas cutáneas de cada uno y se puede afirmar, que estas variaciones están condicionadas por factores biológicos individuales de índole muy diversa y por otros agentes ambientales.
No vamos a frenar la edad cronológica, pero sí podemos mejorar la apariencia de la piel arrugada por los años y para ello tenemos ayudas tecnológicas y farmacológicas.
Entre las primeras podemos mencionar la luz láser, la cual también se ha diversificado, buscando evitar el dolor en el paciente y nos ha proporcionado gran ayuda el láser de Erbium Yag (Pixel), de gran ayuda en las superficiales y dinámicas antes de usar el botox y cuando son muy profundas y estáticas nos ayudamos con relleno de ácido hialurónico y al final con los buenos resultados podemos decir que conociendo la edad de las arrugas y sabiéndolas tratar frenamos el envejecimiento que ellas, indefectiblemente, muestran a través del tiempo y de nuestra edad real.