Crioterapia
La crioterapia también conocida como criocirugía, es uno de los procedimientos más comúnmente usados en los consultorios dermatológicos para el tratamiento de una gran variedad de lesiones en piel tanto benignas como malignas. Es un tratamiento mínimamente invasivo que usa un frío intenso para congelar y destruir un tejido enfermo, incluyendo las células cancerosas.
Durante la crioterapia, se aplica nitrógeno líquido o gas de argón a las células enfermas ubicadas fuera o dentro del cuerpo.
¿Cuales son los usos comunes de la crioterapia?
La crioterapia se usa para tratar:
- Tumores en la piel.
- Queloides
- Molusco contagioso
- Verrugas
- Fibromas laxos
- Nódulos.
- Papilomas cutáneos.
- Pecas poco estéticas.
- Retinoblastoma : un cáncer infantil de la retina.
- Cánceres de la próstata, el hígado y el cerviz, especialmente si no es posible efectuar la resección quirúrgica.
La crioterapia se está usando también para tratar tumores en otras partes del cuerpo, tales como los riñones, los huesos (incluyendo la columna vertebral), los pulmones y los senos (incluyendo abultamientos benignos en los senos llamados fibroadenomas). Si bien se necesita investigación adicional para determinar su efecto a largo plazo, la crioterapia se ha demostrado ser eficaz en pacientes seleccionadas.
Contraindicaciones absolutas:
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Sensibilidad comprobada o reacciones adversas a la criocirugía
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No aceptación por parte del paciente de la posibilidad de cambios de pigmentarios en la piel
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Melanoma
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Áreas de compromiso de la circulación vascular
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Lesiones en las que se requiere identificación previa por patología
Consideraciones generales:
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Las lesiones tratadas con crioterapia curan usualmente con mínima o sin ninguna cicatrización.
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La curación completa puede tomar de seis a ocho semanas en casos extremos, pero los resultados en manos expertas son usualmente excelentes.
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La destrucción selectiva de las lesiones a tratar ocurre durante la congelación; mientras que el colágeno y el tejido fibroelástico de la piel no sufre ningún tipo de daño.
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El procedimiento en manos de tu Dermatólogo es seguro y simple. Usualmente toma menos tiempo que la cirugía convencional.
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La congelación por sí misma tiene un efecto anestésico, aunque inicialmente se podrá percibir sensación de quemadura leve.
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La infección secundaria no es una complicación frecuente.
Artículo escrito por:
Dra. Xiomara Ríos Díaz. MD