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El último domingo de enero de cada año, se celebra este día con el objetivo de crear consciencia sobre la enfermedad y reducir el estigma contra quienes la padecen.

La enfermedad de Hansen (o Lepra) es una condición dermatológica crónica y potencialmente discapacitante.

Esta...

Tuberculosis verrucosa cutis

Es una enfermedad de la piel causada por una bacteria llamada Mycobacterim tuberculosis, comúnmente conocida por generar enfermedad pulmonar. 

La tuberculosis verrucosa cutis es la infección directa de la piel con la micobacteria en un individuo que ya había tenido tuberculosis pulmonar, y que tiene excelentes defensas contra ésta.

Inicia con un trauma menor, generalmente en las manos de los adultos, o en las piernas de los niños, seguido por el contacto con el esputo (secreción respiratoria eliminada con la tos) de él mismo. Lo primero que aparece es una pápula (bolita) o pápulo-pústula (barro) rodeado por halo morado;  luego se vuelve verrucosa (como una verruga común) y crece lentamente, persistiendo por muchos años si no se trata. 

El tratamiento se realiza con antibióticos orales (tomados) formulados por el médico.

 

Artículo escrito por:
Natalia De la calle Rodríguez. MD
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Artículo

Tuberculosis periorificial

Es una forma de tuberculosis que compromete las membranas mucosas (boca, ano, vagina y uretra). La micobacteria que la produce se inocula en estos sitios por extensión desde otros focos cercanos.  Los principales órganos de donde se puede extender la infección son: el pulmón, el tracto gastrointestinal y muy raramente del tracto genitourinario.  Por lo general la infección en órganos internos está bastante avanzada cuando esto se produce.

Aparece un nódulo amarillento o rojizo, pequeño, de bordes mal definidos y luego de varios días presenta ulceración en la superficie.   Puede sangrar con facilidad. Las lesiones pueden ser únicas o múltiples y muy dolorosas.

El diagnóstico y tratamiento deben ser guiados por un dermatólogo.

 

Artículo escrito por:
Dra. Pamela Gallego Y. MD
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Tipo enfermedad
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Artículo

Síndrome de piel escaldada

Infección en la piel que se produce generalmente en niños menores de 5 años, por una bacteria denominada estafilococo, la cual produce una toxina (compuesto tóxico) que causa desprendimiento de la capa superficial de la piel dando la apariencia de quemadura.

Días previos a los signos en la piel, el niño puede presentar: malestar general, dolor de garganta, dolor de oído o conjuntivitis. Posteriormente se desarrolla fiebre, sensibilidad en la piel que dificulta el sueño o ser llevado en brazos y la piel se torna roja principalmente en cara (alrededor de los ojos y la boca) axilas, cuello e ingle hasta comprometer el resto de la piel, luego aparecen ampollas que fácilmente se rompen dejando áreas de piel con apariencia de quemadura la cual al sanar no deja cicatriz. 

El tratamiento requiere de antibióticos venosos y reposición de líquidos para evitar la deshidratación, además de cuidados básicos de la piel comprometida. 

El pronóstico es bueno, con mejoría rápida luego del tratamiento.

 

Artículo escrito por:

Nathalie Morales R. MD.
Residente Dermatología Universidad CES
Miembro aspirante AsoColDerma
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Artículo

Nocardiosis cutanea

La nocardiosis es una enfermedad infecciosa rara, producida por una bacteria llamada Nocardia de la cuál existen muchas especies. Puede encontrarse en el suelo en materia orgánica en descomposición, en piscinas , en la arena y en el suelo.

Afecta a personas de todo el mundo, sin distinción entre hombres y mujeres, y frecuentemente afecta a personas con las defensas bajas (inmunocomprometidos) aunque también hay casos de nocardiosis cutánea en personas sin problemas en su sistema de defensa.

Existen 4 formas en las que se puede presentar la infección:

 1. Superficial: puede verse como infecciones producidas por bacterias comunes, como abscesos, úlceras ó nódulos que producen pus.

2. Linfocutáneo: es decir que afecta al sistema linfático con aparición de nodulaciones en los trayectos de los linfáticos y pueden presentarse ganglios agrandados lo que se conoce en el vocabulario común como "seca".

3. Infección sistémica: O infección generalizada cuando hay compromiso de varios órganos

4. Micetoma: Es la formación de tumores , muy dolorosos con fístulas que drenan abundante pus y que afecta a los músculos y los huesos.

 

El diagnóstico de la enfermedad se hace con cultivos especializados y visualización en el microscopio de la bacteria.

El tratamiento se realiza con antibióticos tomados ó aplicados por la vena según sea la gravedad de la enfermedad, y muchos de éstos tratamientos deben ser administrados incluso por varios meses.

Artículo escrito por:

Dra. Vanessa Torres Gómez. MD.

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Micobacteriosis

Las Mycobacterias son, como su nombre lo indica, un grupo especial de bacterias formado por más de 50 especies, algunas son patógenos oportunistas, que se aprovechan de personas con deficiencia de su inmunidad o sistema de defensas (tales como los pacientes con VIH- SIDA, desnutrición, edad avanzada, trasplantes o pacientes que reciben medicación inmunosupresora), y otras producen enfermedad en pacientes con sistema inmunitario normal. Las mycobacterias más conocidas son las que causan la tuberculosis y la lepra. 

Además de la tuberculosis con el conocido compromiso pulmonar, también existen otros órganos que pueden afectarse en esta entidad particular; tal es el caso de la piel con la llamada tuberculosis cutánea, que aunque actualmente es infrecuente en nuestro medio, existe, y puede tener diferentes formas clínicas con diversos grados de compromiso del paciente, generalmente influenciado por el estado inmunitario del mismo.

También, están las Mycobacterias "atípicas" (mycobacterias distintas a la tuberculosis y la lepra) las cuales se encuentran en su mayor parte en el ambiente y no son fácilmente transmisibles de una persona a otra.

El diagnóstico se basa por lo general en las manifestaciones clínicas, en los análisis de histopatología (reporte dado por el médico patólogo de una muestra de piel que se toma de alguna de las lesiones representativas) con demostración de la mycobacteria en el tejido comprometido o por aislamiento del agente por medio de un cultivo.

El tratamiento se encaminara acorde al microorganismo establecido, usualmente con antibióticos orales indicados por el médico especialista tratante. En algunos casos se acude a tratamientos de eliminación quirúrgica.

Existe un grupo de estas mycobacterias, actualmente cada vez más reconocido entre la comunidad médica, que están ampliamente distribuidos en el suelo y en el agua, en algunas ocasiones contaminando materiales de uso quirúrgico, por medio de los cuales son inoculados en heridas causadas por punción traumática o procedimientos invasivos quirúrgicos o inyecciones. Estas son causantes de problemas principalmente después de inyecciones para uso estético .

Con esto hacemos un llamado a la comunidad, para que al practicarse un procedimiento que implique punciones de la piel, tales como procedimientos de índole estético, lo hagan en sitios que tengan las debidas autorizaciones por parte de los agentes que ejercen control y vigilancia de los servicios de salud, lugares estos donde se sigan a cabalidad las normas de asepsia y antisepsia, para evitar al máximo posible, complicaciones infecciosas (y mayor desfiguramiento), producto de prácticas inadecuadas en manos inexpertas e inescrupulosas.

 

Artículo escrito por:

Dr. Rolando Rojas A. MD

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Lepra

Es una enfermedad infecciosa crónica y contagiosa, también conocida como enfermedad de Hansen, común en muchos países del mundo y en los climas templados, tropicales y subtropicales. Afecta principalmente los nervios y la piel, pero puede afectar muchos órganos.

 

Es causada por un microbio, el cual después de llegar al organismo toma un tiempo considerable antes de que aparezcan los síntomas, lo que dificulta determinar el momento en donde se contrajo la enfermedad. Aunque no se contagia fácilmente, puede afectar a cualquier persona que este en contacto directo con una persona enferma. Por lo tanto están en riesgo aquellas personas que viven en la misma casa del afectado por un periodo igual o mayor a seis meses que son las que tienen un contacto prolongado con las secreciones nasales del paciente. También los niños tienen riesgo incluso ante menos tiempo de convivencia con el enfermo.
 

La enfermedad puede presentarse de diferentes maneras dependiendo del tipo de defensas producidas por el enfermo. Las dos formas más comunes de la lepra son, la tuberculoide y la lepromatosa. En la tuberculoide pueden presentar lesiones cutáneas que son más claras que el color normal de la piel, áreas de piel sin pelo, con disminución o pérdida de la sensibilidad al tacto, a la temperatura o al dolor. En la lepromatosa pueden presentar grandes protuberancias o tumores que deforman la piel, principalmente en la cara (frente, nariz, lóbulo de las orejas) con disminución del vello de la cola de las cejas y congestión nasal, además de lesiones en la piel de color rojo o naranja con piel seca y apergaminada con áreas sin sensibilidad que son mas suceptibles de golpes. Todas las formas de lepra causan finalmente daño de los nervios en brazos y piernas, lo cual ocasiona disminución o pérdida de la sensibilidad en manos, brazos, pies y piernas, lo que hace que haya pérdida de la sudoración y debilidad muscular en las zonas afectadas.

 

El diagnóstico se realiza con las características clínicas y se complementa con la baciloscopia (búsqueda del microbio en secreciones de moco y del lóbulo de la oreja) y con la biopsia de piel o de nervio (estudio con microscopio de una porción de la piel o un nervio) y también se puede ayudar con la prueba cutánea de lepromina, la cual se realiza aplicando una pequeña inyección en el antebrazo del paciente.
 

Una vez realizado el diagnóstico de Lepra, se deben estudiar las personas que conviven con el enfermo para descartar que sus familiares tengan la enfermedad, los cuales serán revisados periódicamente por el médico.

Reacciones lepróticas

Casi cualquier persona con lepra puede presentar episodios de empeoramiento de la enfermedad o de aparición de nuevas lesiones con compromiso de su salud y con repercusiones en la calidad de vida. Estos episodios se denominan Reacciones Lepróticas, las cuales se producen por activación inmunológica (de las defensas) contra la enfermedad, generalmente se presentan durante el tratamiento o posterior a su finalización.

Las reacciones lepróticas se clasifican en tipos I y II.

Reacción tipo I: Reacción de reversa

Es un evento facilitado por una reacción inmune de las células que en afán de destruir el bacilo de la lepra también daña los tejidos que lo contienen, clínicamente se ve un empeoramiento de las lesiones establecidas o la aparición de nuevas lesiones, acompañado de neuritis (daño de los nervios) y malestar general. Es más común que se presente durante el primer año del tratamiento, desencadena por el tratamiento efectivo de la enfermedad, pero también puede presentarse por multiplicación del bacilo en personas que no han recibido tratamiento. Si no se trata puede persistir meses o años o puede mejorar y presentar recaídas.

Reacción tipo II: Eritema nodoso leproso

Representa una reacción inmune (de las defensas) que puede ser inducida por vacunas, infecciones, embarazo, estrés, y otros estímulos del sistema de defensa. Se caracteriza por: fiebre, malestar general, desaliento, dolores musculares y articulares, aumento del tamaño de los ganglios, inflamación de los nervios, inflamación de los ojos, del riñón y de los testículos, crecimiento del hígado, hinchazón de las piernas, empeoramiento de las lesiones de la piel acompañadas de nódulos (hinchazones) rojos y dolorosos difusos, denominados eritema nodoso. Sin tratamiento se vuelve crónica y puede durar años, llevando a insuficiencia renal crónica (daño de los riñones) y las ulceras crónicas de miembros inferiores.

Algunas formas de lepra pueden presentar el Fenómeno de Lucio, que es una inflamación severa de la pared de los vasos sanguíneos producida por procesos inmunes, representada clínicamente por lesiones difusas en la piel, pérdida de la cola de las cejas y de las pestañas, dedos en salchicha, manchas rojas o violáceas y tumoraciones en la piel que se pueden ulcerar, pérdida de la sensibilidad en las partes más distales del cuerpo (manos, antebrazos, piernas y pies) y ulceración del tabique de la nariz .

Las reacciones lepróticas deben ser tratadas adecuadamente con medicamentos ordenados por su médico, el tratamiento puede ser prolongado, pero debe cumplirse para evitar daños permanentes por la enfermedad.

 

Tratamiento de la lepra

La lepra debe ser tratada porque sino puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos por lo cual es importante ingresar al programa de atención de lepra, no abandonar el tratamiento, ni hacerlo de forma incompleta para poder alcanzar la curación de la enfermedad.

Hay diferentes medicamentos disponibles para el control de la enfermedad, su tratamiento incluye varios medicamentos, es prolongado (de 6 a 9 meses) pero si es oportuno limita los daños producidos por la enfermedad.

Una vez completado exitosamente el tratamiento, usted será retirado del programa de atención de lepra y solo se controlara en caso de la presencia de hallazgos clínicos sospechosos. Teniendo en cuenta que un buen numero de los pacientes tratados pueden presentar reacciones lepróticas los primeros dos años después del tratamiento y que existe el riesgo de desarrollar  daño nervioso oculto, recidiva de la enfermedad, resistencia al tratamiento, reacciones lepróticas, neoplasias sobre úlceras de miembros inferiores, daño renal crónico, progresión de la discapacidad; se recomienda seguimiento y control de los pacientes tratados cada seis meses por cinco a diez años según el tipo de lepra padecida por el paciente.

 

Artículo escrito por:

Doctora Liliana Bohorquez P. MD

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Impetigo

IMPETIGO

Es una infección bacteriana común de la piel, altamente contagiosa y que afecta principalmente niños entre los 2-5 años. Los microorganismos causales son el Stafilococo aureus y  en menor grado el Streptococo Pyogenes.

El impétigo se divide en ampolloso  y no ampolloso, éste último es el más común y semanifiesta clínicamente como pequeñas ampollas que acaban reventando y dejan pequeñas áreas de piel roja y húmeda, las cuales rápidamente se cubren de una costra de color amarillo (mielicérica). Las lesiones se localizan generalmente en  la cara, alrededor de la nariz o de la boca aunque también se puede presentar en extremidades.  En la variedad ampollosa las lesiones son vesículas (bombitas llenas de agua) y ampollas que luego de 1 o 2 días se rompen dejando costras café claro o amarillas; se presenta sobre todo en niños menores de 1 mes y se localiza en cara, tronco y región glútea.

El tratamiento depende del grado de severidad de la infección y puede ser con antibióticos

tópicos (aplicados localmente), u orales según lo considere el médico tratante.

Escrito por: 

Doctora franchezca Zapata González. MD

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Forúnculos

Un forúnculo es una colección de pus que se localiza en el interior de la raíz de un pelo. A un conjunto de folículos (pelos) contiguos inflamados e infectados se le denomina carbúnculo.

Las áreas más frecuentemente afectadas por forúnculos son, las ingles, los genitales y las axilas, es decir las áreas pilosas (con pelo). La causa de ello es la oclusión, sudoración y fricción presentes en estas zonas.

La principal causa de un forúnculo es la infección del vello o pelo por una bacteria conocida como Estafilococo aureus.

Clínicamente, se observa como un nódulo (masa), generalmente de 0,5 a 1 cm aunque pueden ser mayores, indurado, eritematoso (color rojo), que con el paso de los días aumenta de tamaño y se vuelve doloroso y fluctuante (blando).

Para curar forúnculos pequeños no siempre se requiere tratamiento médico formulado por el dermatólogo. Este le recomendará en dichos casos una simple aplicación de calor local que promueva la maduración, drenaje y resolución de los síntomas, como sucede a veces con otras enfermedades dermatológicas inflamatorias leves.

Los antibióticos tópicos o sistémicos pueden ser necesarios para el tratamiento de forúnculos más grandes o profundos o en ciertas situaciones especiales en las que el médico dermatólogo así lo considere.

Artículo escrito por:
Doctora Franchezca Zapata González. MD
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Foliculitis de aguas calientes

También llamada "Foliculitis de Jacuzzi" o "Foliculitis de la bañera", es una infección de la piel que afecta los folículos del pelo producida por la bacteria Pseudomona aeruginosa.

Clínicamente se caracteriza por la aparición de una erupción cutánea formada por lesiones rojas, en ocasiones llenas de pus, con picazón o dolor, que aparecen 1 a 5 días después de la utilización de baños termales, piscinas climatizadas, jacuzzi o spa; las lesiones pueden estar localizadas en una extremidad, ser generalizadas o afectar los pliegues de la piel. Puede además acompañarse de fiebre y malestar general.

La erupción usualmente cura sin tratamiento aunque en ocasiones puede requerir manejo tópico. Es importante consultar a su médico para descartar compromiso de otros órganos o infección cutánea severa. Le recomendamos no automedicarse para evitar así la resistencia bacteriana a los antibióticos.

 

Doctora Andrea Arango S. MD

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