El melasma es una enfermedad crónica y multifactorial con un alto impacto físico y emocional en las personas que las padecen, esa definición mas amplia permite abordar con mas opciones diagnosticas y terapéuticas en un mismo paciente y permite obtener mejores resultados.

El melasma es el resultado de una compleja interacción entre los melanocitos epidémicos, queratinocitos, fibroblastos dérmicos, mastocitos, células del endotelio vascular e influencias hormonales, genéticas, ambientales que mediados por la radiación ultravioleta desencadenan una inflamación crónica que afecta las células y los tejidos circundantes en pacientes susceptibles genéticamente.

Los pacientes con melasma requieren una aproximación multimodal dirigida a disminuir la producción del pigmento, así como adquirir el equilibrio celular y conducir a la remisión de la enfermedad.

Cuando pensamos en el melasma en una forma diferente, podemos concluir que para abordar apropiadamente todos los aspectos relevantes de la patología de la enfermedad debemos dividir los aspectos del tratamiento dentro de cuatro categorías de tratamiento:

• Melanoticos hiperactivos (Células a cargo del pigmento)
• Elastosis solar (fotoenvejecimiento)
• Mastocitos ( Células que hacen parte del sistema inmunológico)
• Neovascularizacion (formación de nuevos vasos sanguíneos)

Para los melanoticos hiperactivos podemos usar los nuevos y también los convencionales agentes anti-tirosinasa como la hidroquinona, la arbutina y los alfa_beta hidroxiacidos. Los retinoides y los dispositivos basados en energía como el laser fraccional 2940-nm erbium: YAG, 1064-nm Q-switch ND: YAG de baja fluencia y el laser 1550-nm erbium glass pueden ser útiles para restaurar la elastosis solar.

Entender al melasma como un desorden de foto envejecimiento también puede permitir que el uso de bioestimuladores como la hidroxiapatita de calcio, el acido polilactico, la policarbolactona o el acido hialuronico de baja densidad.

Los mastocitos y la neovascularizacion pueden ser manejados con el acido tranexámico.

Finalmente podemos pensar en incluir los antioxidantes tópicos y sistémicos, como el glutatión, la metformina, melatonina e incluso los antihitamínicos.

El melasma hace parte de los diferentes tipos de pigmentación que pueden ocurrir en tu piel, sin el diagnóstico y tratamiento apropiados puede agravarse es por esto importante que consultes a tu Dermatólogo para que te evalúe e indique el protocolo de tratamiento según tu caso.

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Realizado por: Dr. César González, Dermatólogo, miembro AsoColDerma